Ha
sido interesante participar en esta clase magistral, que a mi
parecer, dejó un grado intenso de curiosidad sobre la esencia misma
del humano, que en su proceso de transformación influenciado por sus
propios semejantes y sumado al desconocimiento del mismo, nos ha
sumergido en un debate, para algunos justificable y para otros
simplemente una sentencia clara de la esencia misma.
Intentando
acercarme a una definición de la dignidad humana, no puedo
dejar a un lado, pensar en el significado que tendría para mí, los
valores, el respeto, la vida, la creación humana en sí, factores a
mi criterio fundamentales para la internalización del concepto.
Estos elementos antes mencionados me colocan en una perspectiva de
observación, que en su clasificación y desglose, me pueden dar
luces a identificar, en su desarrollo y práctica, que tanto están
enmarcados en lo que sería la vida humana.
Trata
a tu semejante como a ti mismo, frase muy cotidiana, que en su
esencia posee una serie de escalas y apreciaciones básicas tanto
mentales como emocionales que invitan a reflexionar si estas alineado
con lo que recibes en la actualidad ¿ estaré tratando de manera
racional a mis semejantes? O por el contrario sobre la base del
desconocimiento e ignorancia ¿me he olvidado de la esencia y lo he
cambiado por el fin?
Interrogantes
interesantes que en la práctica personal te van llevando a
interpretar que tan cerca o lejos estas de la definición a expresar,
no podemos para nada influenciar, o pretender tratar a una persona
con el interés específico de su explotación o uso de sus
facultades naturales para beneficio propio, existiría una condición
con el reconocimiento mismo. Es claro existir reconocimiento parte
del hecho que somos de la especie humana y como tal, poseemos los
mismos derechos básicos desde el momento del primer respiro terrenal
que da inicio a un recorrido de vida, al tiempo, de acuerdo a
su determinante reconocimiento de principios éticos y valores
adquiridos, colaborarían a enmarcarnos a reconocer la dignidad
humana.
Varios
autores históricamente han estudiado al respecto aportando
fundamentos y diferenciando cada concepto, para así en su justo
lugar de interpretación, orientarnos en lo que significaría lo que
es una cosa material y el humano. Quedó plenamente claro que la
dignidad no es tangible, tampoco es una cosa, sino que solo le
pertenece al ser humano y por ello con la capacidad de discernir,
evaluar , preguntar, poder distinguir entre lo que puede afectar o no
a otra persona, como lo hemos venido expresando lo primero es
reconocerse así mismo, el no hacerlo es poseer en la eternidad de la
vida una ambigüedad y ser susceptible a manipulaciones e incluso a
desconocimiento de su especie, permitiendo que otras puedan
interpretarse como iguales a la hora de tal reconocimiento.
Cabe
destacar que los seres humanos tenemos la capacidad de ser
racionales, también poseer la capacidad de ser
autodeterminantes y en sus efectos lograr capacidades y autonomías
propias que pueden desde ya, basados en una extraordinaria moralidad,
ser potencializadores de la dignidad humana.
La dignidad según lo comprendido en las lecturas y explicaciones en clase, parte sobre la base del respeto y moralidad, es atribuible solo y exclusivamente al humano, no es negociable, ese concepto por más que en la actualidad existan argumentos e insinuaciones para el reconocimiento en otras instancias del saber científico. El simple hecho de reconocer con debilidad comprensiva al respecto se puede considerar que estoy maltratando la esencia misma.
En
esa comprensión del saber humano, poseer autonomía de
comprensión y moralidad, nos permitirá diferenciarnos de un Estado
construido muchas veces con arbitrariedad para el control y
disminución de la moralidad en general, de ser permitido,
pudiese apoderarse de la dignidad de los hombres y el deber ser, es
entender ,que es el hombre el que está por encima del Estado y quien
con extraordinaria moralidad , responsable de ceder los recursos para
la administración de bienes materiales que muchas veces son
confundidos con la dignidad de la sociedad.
Somos
reconocidos en la sociedad como personas y por ende formamos parte de
ella y el tratamiento debería ser basado en la ecuanimidad y
reconocimiento igualitario de la muestra, encausadas en los
principios de humanidad y respeto mutuo, aspectos fundamentales para
el desarrollo.
Dignidad,
reconocimiento particular que no debe ser regulado o
instrumentalizado, como indican algunos autores, de ser así se puede
incurrir en el desconocimiento y la comprensión de lo que en su
concepto y esencia va dirigido el concepto, la dignidad forma parte
de los seres humanos y es al humano a quien se le debe respetar, en
todas su fases del desarrollo de la vida, una cosa sería su llamado
a la atención y corrección desde el punto de vista social y otra lo
inviolable, su vida personal.
Mas
allá de su significado teológico o secular e incluso
pluralista, la dignidad humana no puede ser tocada bajo ninguna
circunstancia, de allí su carácter de intangible y endosado a la
persona, es un derecho fundamental enmarcado en los derechos humanos.
Para
la comprensión al respecto, debemos abrir nuestras mentes.
Lic.
César Eduardo López Nahmens