martes, 5 de febrero de 2019

Dignidad




Ha sido interesante participar en esta clase magistral, que a mi parecer, dejó un grado intenso de curiosidad sobre la esencia misma del humano, que en su proceso de transformación influenciado por sus propios semejantes y sumado al desconocimiento del mismo, nos ha sumergido en un debate, para algunos justificable y para otros simplemente una sentencia clara de la esencia misma.

Intentando acercarme a una definición  de la dignidad humana, no puedo dejar a un lado, pensar en el significado que tendría para mí, los valores, el respeto, la vida, la creación humana en sí, factores a mi criterio fundamentales para la internalización del concepto. Estos elementos antes mencionados me colocan en una perspectiva de observación, que en su clasificación y desglose, me pueden dar luces a identificar, en su desarrollo y práctica, que tanto están enmarcados en lo que sería la vida humana.

Trata a tu semejante como a ti mismo, frase muy cotidiana, que en su esencia posee una serie de escalas y apreciaciones básicas tanto mentales como emocionales que invitan a reflexionar si estas alineado con lo que recibes en la actualidad ¿ estaré tratando de manera racional a mis semejantes? O por el contrario sobre la base del desconocimiento e ignorancia ¿me he olvidado de la esencia y lo he cambiado por el fin?

Interrogantes interesantes que en la práctica personal te van llevando a interpretar que tan cerca o lejos estas de la definición a expresar, no podemos para nada influenciar, o pretender tratar a una persona con el interés específico de su explotación o uso de sus facultades naturales para beneficio propio, existiría una condición con el reconocimiento mismo. Es claro existir reconocimiento parte del hecho que somos de la especie humana y como tal, poseemos los mismos derechos básicos desde el momento del primer respiro terrenal que da inicio a un recorrido de vida,  al tiempo, de acuerdo a su determinante reconocimiento de principios éticos y valores adquiridos, colaborarían a enmarcarnos a reconocer la dignidad humana.

Varios autores históricamente han estudiado al respecto aportando fundamentos y diferenciando cada concepto, para así en su justo lugar de interpretación, orientarnos en lo que significaría lo que es una cosa material y el humano. Quedó plenamente claro que la dignidad no es tangible, tampoco es una cosa, sino que solo le pertenece al ser humano y por ello con la capacidad de discernir, evaluar , preguntar, poder distinguir entre lo que puede afectar o no a otra persona,  como lo hemos venido expresando lo primero es reconocerse así mismo, el no hacerlo es poseer en la eternidad de la vida una ambigüedad y ser susceptible a manipulaciones e incluso a desconocimiento de su especie, permitiendo que otras puedan interpretarse como iguales a la hora de tal reconocimiento.

Cabe destacar que los seres humanos tenemos la capacidad de ser racionales, también  poseer la capacidad de ser autodeterminantes y en sus efectos lograr capacidades y autonomías propias que pueden desde ya, basados en una extraordinaria moralidad, ser potencializadores de la dignidad humana.

La dignidad según lo comprendido en las lecturas y explicaciones en clase, parte sobre la base del respeto y moralidad, es atribuible solo y exclusivamente al humano, no es negociable, ese concepto por más que en la actualidad existan argumentos e insinuaciones para el reconocimiento en otras instancias del saber científico. El simple hecho de reconocer con debilidad comprensiva al respecto  se puede considerar que estoy maltratando la esencia misma.

En esa comprensión del saber humano, poseer autonomía  de comprensión y moralidad, nos permitirá diferenciarnos de un Estado construido muchas veces con arbitrariedad para el control y disminución de la moralidad en general,  de ser permitido, pudiese apoderarse de la dignidad de los hombres y el deber ser, es entender ,que es el hombre el que está por encima del Estado y quien con extraordinaria moralidad , responsable de ceder los recursos para la administración de bienes  materiales que muchas veces son confundidos con la dignidad de la sociedad.

Somos reconocidos en la sociedad como personas y por ende formamos parte de ella y el tratamiento debería ser basado en la ecuanimidad y reconocimiento igualitario de la muestra, encausadas en los principios de humanidad y respeto mutuo, aspectos fundamentales para el desarrollo.

Dignidad, reconocimiento particular que no debe ser regulado o instrumentalizado, como indican algunos autores, de ser así se puede incurrir en el desconocimiento y la comprensión de lo que en su concepto y esencia va dirigido el concepto, la dignidad forma parte de los seres humanos y es al humano a quien se le debe respetar, en todas su fases del desarrollo de la vida, una cosa sería su llamado a la atención y corrección desde el punto de vista social y otra lo inviolable, su vida personal.

Mas allá de su significado  teológico o secular e incluso pluralista, la dignidad humana no puede ser tocada bajo ninguna circunstancia, de allí su carácter de intangible y endosado a la persona, es un derecho fundamental enmarcado en los derechos humanos.

Para la comprensión al respecto, debemos abrir nuestras mentes.

Lic. César Eduardo López Nahmens